domingo, 16 de abril de 2017

Artos de El Ejido

Artos de El Ejido

Así, sin hache, “Artos de El Ejido”, es el peculiar nombre del que es, muy probablemente, el Espacio Natural Protegido más degradado de Europa.

La historia del Lugar de Interés Comunitario (L.I.C.) ES6110014 “Artos de El Ejido” se remonta a 1998, cuando la Junta de Andalucía comenzó a valorarlo como tal. En aquel momento el crecimiento de la superficie invernada en Campo Dalías había llevado casi a la desaparición de un Hábitat exclusivo del sureste español y cuyas máximas extensiones se encontraban en el municipio de El Ejido. La idea de la Junta al proponer dicho espacio a la Comisión Europea para que lo incluyera en la Red Natura 2000 era proteger cuatro zonas aisladas que aún quedaban sin ocupar por invernaderos. La especie vegetal más importante en la zona, endémica y amenazada y, por lo tanto, la que da la exclusividad al espacio, es el Arto (Maytenus senegalensis subsp. europaeus). Y de ahí el nombre.

El arto es un gran arbusto espinoso cuyo lugar en el ecosistema es equivalente al de los grandes árboles de los bosques templados. Es decir, en la zona no crece de forma natural nada más grande que él. Estos matorrales arborescentes, refugio y base de alimento para muchos animales, permiten el desarrollo de otros vegetales bajo su copa donde se protegen del exceso de insolación y del ramoneo de los herbíboros. Se puede afirmar que los artos forman auténticas islas de biodiversidad en un mar de plástico.

De forma inexplicable para cualquier mente biempensante, desde 1998 hasta 2008, año en que finalmente fue declarado como L.I.C. por la Unión Europea, el ritmo de destrucción del espacio fue vertiginoso. Construcciones de invernaderos, autovías y ciudades del transporte, entre otras, hicieron que en la actualidad, de la superficie inicialmente protegida, sólo se conserve en torno al 70% y en gran medida llena de residuos de todo tipo. El ritmo de destrucción fue tal que una de las zonas protegidas había desaparecido casi completamente bajo el plástico a los pocos años.

La permisividad de la Junta de Andalucía durante aquellos años ha hecho que actualmente sea un auténtico problema para ella el crear un Plan de Gestión adecuado. Si algún día se publica el Plan de Gestión quedarán protegidas decenas de hectáreas de invernaderos junto con los artos.

Un paseo por cualquiera de las 3 zonas que aún quedan con artos permite observar que siguen siendo considerados como meros descampados donde cualquiera puede deshacerse de lo que no le interese, ya sean restos de podas municipales, de plásticos de invernaderos, de neumáticos, de muebles, electrodomésticos o incluso de perros de caza demasiado “viejos” para seguir cazando.

Incluso se están construyendo nuevos invernaderos sin autorización de Medio Ambiente. La denuncia presentada por Ecologistas en Acción no parece que esté siendo tomada en serio por la administración competente y las obras de destrucción avanzan a buen ritmo.

Lo más paradójico del asunto es que las investigaciones desarrolladas en el IFAPA (Instituto de Investivación y Formación Agraria y Pesquera) sobre el control de plagas otorgan a estas islas de biodiversidad un papel fundamental como reservorio de especies depredadoras de las plagas. Es decir, la existencia de estos ecosistemas en el entorno de los invernaderos se demuestra beneficiosa para la producción ya que reduce la incidencia de plagas. Tales son las perspectivas de esta nueva vía de control de plagas que el propio Ayuntamiento de El Ejido se ha sumado a un proyecto del IFAPA, Ecologistas en Acción y diversas organizaciones agrarias para extender la superficie de arbustos beneficiosos en torno a los invernaderos. La propuesta de Ecologistas en Acción, evidentemente, es empezar por proteger de forma efectiva las zonas naturales que quedan.

Esperemos llegar a tiempo y conservar los artos de El Ejido. Así, sin hache.


Marcos Diéguez Vidal.

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